El deporte seguro, en marcha. Los deportistas "veranean" en el CAR de Madrid

LOS DEPORTISTAS “VERANEAN” EN EL CAR DE MADRID

Durante los meses del confinamiento en España todos los deportistas de alto nivel hubieron de buscarse las mañas para poder mantener mínimamente la forma en sus domicilios. Fueron tiempos muy duros y ya,  afortunadamente, pasados.

Ahora los Centros de Alto Rendimiento (CAR) del Consejo Superior de Deportes (CSD) han vuelto a la nueva normalidad permitida bajo unas estrictas normas de seguridad e higiene para retomar  los entrenamientos.  En este sentido, son más de 3.000 los deportistas que han vuelto a hacer uso de las distintas instalaciones de nuestros CAR desde el inicio la desescalada.

La gimnasia, tanto artística como rítmica, junto a la natación, la halterofilia, el bádminton, el atletismo y el  triatlón son sólo algunos de los deportes que en este mes de agosto, en mitad de la canícula, continúan con sus entrenamientos a pleno rendimiento.  Los centros de Alto Rendimiento del CSD y, en concreto, el CAR de Madrid no solo no han cerrado sino que mantiene una actividad continua y diaria de deportistas entrando y saliendo de sus salas de pesas, tatamis, colchonetas, piscina, parqué y allí donde se desarrollen sus entrenamientos. Aquí la única diferencia son las estrictas medidas sanitarias e higiénicas y las mascarillas. Y, en cuanto la ocupación de la Residencia Blume, en este mes de agosto, se encuentra prácticamente al 100% de su capacidad.

Con frecuencia el gran público, los aficionados y seguidores de los deportes suelen retener en sus retinas la imagen icónica y triunfalista de los deportistas subidos en el podio recogiendo sus medallas, escuchando los himnos  y posando para los fotógrafos. Sin embargo, pocos reparan en que detrás de esas imágenes hay mucha dedicación, sacrificio, esfuerzo y muchas horas de entrenamiento. Incluso cuando la mayoría está de vacaciones ellas y ellos siguen trabajando muy duramente 

La Gimnasia, a pleno rendimiento. Sara Bayón, entrenadora de Gimnasia rítmica  del CAR de Madrid, nos confiesa que “estamos trabajando desde que se abrió el CAR de Madrid y no hemos parado, solo han tenido un fin de semana las chicas para que fueran a casa con sus padres y no vamos a parar porque tenemos el gran objetivo del campeonato de Europa en el mes de noviembre, que  es clasificatorio para nosotras para los JJ.OO”. 

“Lo importante es la salud de nuestros deportistas y todas las medidas y precauciones son pocas. Estamos seguras;  el único hándicap que han tenido las chicas en su regreso a los entrenamientos es que no se podían cambiar los aparatos unas a otras, algo característico de nuestra modalidad deportiva de conjunto. Ya ha pasado el tiempo suficiente en que las gimnastas están juntas y de acuerdo a los protocolos de seguridad ya no tienen esa limitación y pueden preparar todos los ejercicios de cara a la competición”

Por su parte, Lucia Guisado, seleccionadora del equipo de gimnasia artística femenino,  explica  la vuelta a los entrenamientos “desde el mes de junio, cuando se abrió la Residencia Blume, porque la gran mayoría de las gimnastas son de fuera de Madrid y nos hemos encontrado con un servicio de limpieza e higiene impecable y con todas las instalaciones preparadas para una vuelta segura a los entrenamientos. Está todo impecable. Entramos en el CAR y era como entrar en casa”. “La semana que viene nos tomaremos unos días de descanso. El Campeonato de Europa será en diciembre y lo que queremos es retomar la normalidad”

El equipo masculino de Gimnasia Artística que, al igual que el equipo femenino de artística, ya está clasificado para los Juegos de Tokio, trabaja sin descanso desde la reapertura de las instalaciones CAR de Madrid. Bajo la atenta mirada de los entrenadores Fernando Siscar y Benjamín Bango los gimnastas siguen con su preparación de cara a la próxima competición importante antes de Tokio, el europeo de diciembre. “Está todo muy limpio y bien, con todas las medidas higiénicas y de seguridad. Excepto los primeros días, donde había estrictas limitaciones de aforo en algunas salas, estamos trabajando con toda normalidad y continuaremos entrenando durante todo el mes de agosto, donde solo tendremos algunos días libres”,  explica Siscar.

En el mismo edificio donde se encuentran las salas dedicadas a la gimnasia rítmica y artística se sitúa la piscina cubierta de 50 metros. Darío Carreras, máximo responsable del equipo de Natación Adaptada, dirige a un reducido grupo de nadadores que hacen series en las calles centrales con el objetivo de  obtener la clasificación para los Juegos Paralímpicos. Pese a los inconvenientes provocados por la ausencia de competiciones, explica que los nadadores no han perdido la ilusión y siguen trabajando con la máxima exigencia. Darío explica que la natación lo ha tenido más difícil en comparación con otras disciplinas y añade “Queremos agradecer el esfuerzo del personal de las instalaciones. La limpieza y la seguridad nos facilita todo y nos hace el trabajo muy agradable”.     

Con competición o sin ella, porque aún la pandemia sigue campando a sus anchas, lo único cierto es que hay que seguir cargando peso en las barras. Eso lo sabe muy bien Matías Cortes, seleccionador nacional de la Real Federación Española de Halterofilia, que supervisa a diario los imponentes entrenamientos de sus deportistas, “en lo deportivo la vuelta está siendo complicada, pues todavía no sabemos qué va a pasar con el Campeonato de Europa que tiene que celebrarse en Rusia.  En cuestión de seguridad, higiene y limpieza todo está muy bien, además al no ser un deporte de contacto no tenemos tanto problema”.

Otro de los grupos de deportistas que han vuelto a entrenar al CAR es el formado por los triatletas. El técnico de la Federación Española de Triatlón, Alejandro Zaragoza, explica cómo han vivido el regreso al trabajo en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, “Ahora, estamos preparando el Campeonato de España que es a mediados, finales de este mes. Nosotros hemos tenido suerte porque durante el tiempo de confinamiento como tenemos los rodillos pues han podido seguir trabajando en uno de los segmentos, y eso nos da bastante ventaja a la hora de volver. La vuelta en los otros dos segmentos, la natación y la carrera, ha sido despacito, centrándonos un poco más en trabajos más específicos en la bici. Volver, la verdad, es que ha sido para todos una alegría”.

En relación con los inconvenientes provocados por las estrictas medidas de seguridad e higiene, Alejandro añade “Creo que es más fácil que en muchos otros sitios porque está todo muy claro y se siguen los protocolos a rajatabla. Al hacer las cosas bien y siempre pues es mucho más fácil. El primer día te tienes que adaptar como en todos lados; algo que nos ha pasado también en nuestra vida cotidiana, pero por lo demás es el sitio para trabajar más fácil ahora mismo”.

Sigue la serie "El Deporte seguro, en marcha". La pandemia mundial ha condicionado por completo la vida del planeta, y el deporte no es menos. Muchos de nuestros campeones, comprometidos con #LaVueltaResponsable, han cambiado sus horarios, sus ritmos, la planificación deportiva…

1. LOS "CRACKS" DEL BOXEO

LOS "CRACKS" DEL BOXEO

Los integrantes de la selección nacional de boxeo estaban concentrados en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada cuando fue decretado el estado de alarma en España y el posterior confinamiento.

Largos pasillos, silencio, luz tenue… “parecía el hotel de El Resplandor”, nos cuentan desde la Federación Española de Boxeo, que tuvo a sus 14 integrantes del equipo nacional concentrados durante un mes. Estaban prácticamente solos en las habitaciones, cumpliendo así con las medidas de seguridad.

En las dos primeras semanas de confinamiento, ni siquiera podían comer juntos. Cada uno se subía la bandeja a la habitación. Las dos semanas posteriores, podían coincidir en el comedor.

“En Granada sólo estábamos 14 personas, junto a algunos pocos más deportistas de triatlón y natación. Los protocolos eran tan estrictos que si se te olvidaba algo en la habitación, al tener que ir en un solo sentido, tenías que dar casi la vuelta entera al edificio para recoger las cosas”, recuerdan desde la Federación.

Para Rafa Lozano, seleccionador nacional, estas semanas han sido difíciles de gestionar: “porque es un grupo que está muy unido, en el que apenas había contacto entre ellos. Hacíamos vida en las habitaciones y sólo coincidíamos en el entrenamiento. Luego, las dos semanas posteriores, ya nos juntábamos en el comedor. Ha sido muy extraño porque somos una pequeña familia y era raro estar separados”, detalla el doble medallista olímpico. 

Lozano tiene una doble lectura del obligado parón que tanto ha afectado a todo el deporte mundial: “Ha sido bastante fastidioso, porque estaban en un momento de forma fantástico, que fue en el preolímpico de Londres. Nos ha roto el ritmo de competiciones, el estado de forma… pero también es verdad que para otros ha servido para recuperarse de lesiones, y sobre todo, para ganar experiencia. Por ejemplo, las chicas: tienen buenos resultados, aunque a principio de año las enviamos a Marruecos para que cogieran confianza disputando competiciones. Lo que hay que sacar es que el grupo gana experiencia internacional. Incluso para Gabriel y Quiles, que aunque ya tienen plaza para Tokio, siempre cogen tablas en los combates”, nos cuenta Rafa.

 

Regreso a Madrid

El “grupo” al que se refiere Rafa Lozano, formado por 14 boxeadores, ha vuelto al CAR de Madrid, su lugar habitual de entrenamiento. “También eso era importante, porque todos tiran de todos. Es un deporte individual, pero la unión que tienen es enorme y entre ellos se motivan”.

“Estar en el CAR, con todo el grupo al completo es un lujo. Tenemos muchísima ilusión en los objetivos que nos hemos marcado y estando todos juntos es más fácil trabajar para conseguirlos”, cuentan desde la Federación Española de Boxeo. Esos objetivos a los que se refieren son lograr meter a 5 boxeadores españoles en los Juegos Olímpicos de Tokio, para los que ya están clasificados Gabriel Escobar (-52 kg.) y José Quiles (-57 kg.)”.

 

Pero antes de pensar a un año vista, la planificación deportiva se centra en el “aquí y ahora”. “Estamos a un 70% de nuestro ritmo. Debido a las medidas de seguridad, no podemos hacer combate. Hacemos una especie de sombra imaginaria, hacemos técnica, defensa y contra ataque por parejas… pero siempre a distancia”, cuenta Rafa Lozano, que añade: “están como las fieras, deseando salir a combatir”, nos confiesa.

La pandemia mundial ha condicionado por completo la vida del planeta, y el deporte no es menos. Ha tenido que adaptarse a una nueva realidad, pero que muchos deportistas asumen como un nuevo reto. Han cambiado sus horarios, sus ritmos, la planificación deportiva… lo que no ha cambiado, ni lo hará, es el ritual diario de saludos entre los integrantes del equipo. Con mascarilla, siguen chocando sus puños cada vez que empiezan la sesión de entrenamiento.

 

2. LA PIEL DEL AGUA

LA PIEL DEL AGUA

“El nivel aeróbico lo he mantenido. También el de fuerza, pero las sensaciones del contacto con el agua las hemos perdido un poco y es lo que más me está costando recuperar”, cuenta desde la piscina del CAR de Madrid María Delgado, nadadora paralímpica, doble medallista de bronce en los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El confinamiento motivado por la pandemia le pilló “en el mejor momento de forma, porque estaba a punto de competir en los Campeonatos de España, para revalidar la marca mínima con la que viajar a los Juegos de Tokio”, relata la nadadora zaragozana, que junto a sus compañeros de entrenamientos de estos días –Enhamed Enhamed e Iván Salguero-, echa de menos los objetivos y las competiciones.

“Al cerrar la Residencia Blume volví a mi casa, y durante los dos primeros meses, hice mucha bici, máquina de remo y fuerza. Cuando ya se permitió viajar a la segunda residencia, me fui a una casa de pueblo, donde instalé una piscina hinchable. Muy rudimentaria, de 3 metros de largo, me ataba con unas cuerdas a un árbol, pero sí que a la larga sido un plus porque recuperé las sensaciones”.

A los nadadores que entrenan de manera habitual en la piscina del CAR no les ha supuesto un esfuerzo añadido adaptarse a las medidas de seguridad. “No compartimos calle, porque tenemos espacio suficiente, y cada uno tiene sus propias aletas, las botellas de agua, la bolsa… porque además está todo con cloro, que desinfecta mucho”, detalla María, que dice que estas medidas son “pertinentes y necesarias”.

“Hemos regresado mejor de lo que pensábamos”, añade, “y ahora lo que hace falta es tener objetivos, subir en la motivación, poner objetivos de marcas, para continuar con la preparación de cara a Tokyo. Sin forzar mucho para evitar lesiones, pero pensando ya en las competiciones, para cuando tengan fecha”.

Iván Salguero coincide con su compañera María: “Sí que es verdad que si estás mucho tiempo sin nadar se nota. Pierdes técnica, no agarras bien el agua, vas como resbalando, no vas fino. Pero después de un mes, casi dos, que llevamos en el CAR, sí que he recuperado las sensaciones”, cuenta el nadador navarro, que además, resalta: “de lo que más contento estoy es del compromiso, de cumplir los planes de entrenamiento… creo que por eso no he perdido mucho estado de forma”.

En cuanto a las medidas de seguridad que deben de seguir necesariamente en el CAR,  Iván cuenta que “al principio se hace raro. Por ejemplo, en la Residencia Blume, en el comedor, cuando te tienen que dar la comida en el autoservicio… al final te acostumbras porque son lógicas y razonables”.

 Por su parte, Enhamed Enhamed, con nueve medallas paralímpicas, y hoy destacado conferenciante motivacional, hace la siguiente lectura del parón de la pandemia: “Me sorprendió lo bien que he vuelto, a nivel de cardio y de fisiología incluso me encuentro mejor, pero me está costando volver pensado en “para qué”. Quiero decir que vuelvo con muchísima ilusión, con muchísimas ganas, pero sin un objetivo concreto. Y eso cuesta”.

Como anécdota, explica que “mi perro guía no entiende muy bien la distancia de seguridad con las personas, y también me pasa al revés. Soy ciego y no veo si me estoy acercando demasiado a las personas”, nos cuenta el mejor nadador español paralímpico de la historia después de Teresa Perales.

 José Luis Vaquero, el entrenador del grupo de nadadores con deficiencia visual, coincide con sus tres nadadores al señalar que el parón ha afectado a las sensaciones: “El ser humano está diseñado para correr, saltar, trepar… pero no para nadar. Por eso se pierde la sensibilidad con el agua, hay como una desadaptación”.

Cuando le preguntamos por las mejores anécdotas del confinamiento, recuerda: “hubo días en los que era muy raro entrar en el CAR, estaba desierto. No había nadie más, teníamos la piscina para nosotros solos”.

También explica que, por momentos, sintieron cierto miedo por la situación creada: “Cada vez que tocábamos las pesas, que cogíamos gomas o mancuernas, las desinfectábamos. Y si teníamos dudas, las volvíamos a desinfectar. Por ejemplo, a Enhamed, que es ciego, le daba las pesas en la mano y siempre pensaba para mis adentros “¿se la habré desinfectado”?.

En las primeras fechas de agosto, el grupo descansará unas semanas antes de volver a los entrenamientos. Volverán a echarse a la piscina para entrenar de cara a los Juegos Paralímpicos de Tokyo 2020, con planes, objetivos, muy posiblemente campeonatos oficiales en octubre… pero como siempre, sin usar los vestuarios.

No porque no puedan usarlos, sino porque están más que acostumbrados a cambiarse en apenas tres minutos para ir al gimnasio, a la Residencia Blume, a la Facultad… 

 

 

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